martes, 24 de mayo de 2011

Sueños, Johnny Cash y Soles brillando


Desperté el lunes, con un sueño que debía aceptar, volví a dormirme, y si no lo tenia claro, volví a soñar lo mismo con formas diferentes. Desperté agitado y revuelto

Desperté en mi antiguo barrio, mi amigo y compañero Luís Rodrigo me trajo un viejo Urei LA-2 o 3 nunca me podré quedar con el nombre exacto de los aparatos, pero a quien le importan los nombres, cada vez importan menos, lo importante de verdad son las esencias, ¿qué es un viejo Urei?. Es un cacharro de esos con botones giratorios, en este caso con dos muy gordos, que usamos los técnicos de sonido, tiene el sabor de lo viejo, si todo lo viejo no es negativo, por lo pesado que estoy últimamente con eso.

Tener entre tus manos un Urei, es una sensación única, es como si se deténiese el tiempo para llevarte a una época donde aun se hacían algunas cosas con amor. En el mundo del sonido, lo viejo es lo que mas me gusta, los condensadores son de verdad y los aparatos están hechos con amor, cosa que se ha perdido en la actualidad, salvo honrosas excepciones. Y así suenan de verdad, con calidez, con dinámica, con amplitud… encontra del sonido frió, estrecho… del mundo digital.

Desayune con Luís Rodrigo, en mi antiguo barrio, en el clásico bar “la morcilla”, me apreté dos botellines, di buena cuenta de las tapas de morcilla y oreja, los zarajos de la segunda ronda los deje, nunca fui de zarajos.

Era la antesala de un día que me sentiría como Jonnhy Cash cantando la versión de Nine in Nails, “Hurt”, y por supuesto “el hombre de negro” esta me venia con el Loco.

Fue un día de conducir, de darle alguna calada a algún porro, de ir hacia arriba, de ir hacia abajo, de sentir el sueño, de no entenderlo, de aceptarlo, de confusión con el corazón, de sentir, de “hurt”, de Jonnhy, del Loco, de caos interno, de rumbas, de estudios de mezclas, de bulerías, de músicos que van de negro…

Llego la noche y salio el Sol, el caos se fue, me inunde de la luz de Sol, la energía que allí se transmite es maravillosa, observas a tu alrededor, estas rodeado de ciudadanos anónimos de todo corte social, había asamblea, reconozco que me atrajo la asamblea, me gusto lo que se decía, pero lo que me encanto era la gente que tenia a mi alrededor escuchando, otro cambio en mi, me esta gustando una asamblea, hasta que empezó a hacerse lenta muy lenta, empezó a hablarse de la comisión con la comisión de la comisión que forma parte del comisionado, que subcomisióna con la parte contratante, me cruce en eso momento con un sol encantador y nos fuimos a cenar.

Volvió a subir mi estado de felicidad, pues la felicidad se contagia, no voy a volver a coger el teléfono a los cenizos decidido.

Regresamos al Sol, esta vez nos sentamos ante un micrófono para la gente, otro desfile de personajes variopintos hacia un fin común. Queremos un mundo mejor y eso se palpa en el ambiente, terminadas las interminables asambleas, la gente empezó a brillar por si sola, debatiendo en corros, era tarde y aun había mucha soles brillando.




  


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